Las cosas ya no volverán a ser igual jamás. A un año de que el mundo que conocemos cambió drásticamente con la aparición del COVID-19, hagamos una reflexión sobre lo vivido, lo perdido y lo aprendido.

Cada quien tendrá su propia evaluación según como le ha ido durante la pandemia. Muchos sufrieron pérdidas irreparables, cambios que transformaron por completo su vida, otros solo vivimos momentos difíciles que como sea se superan.

Según lo indican los analistas, el proceso de recuperación será lento, pero una cosa es cierta: peor que el primer semestre del 2020 no volveremos a estar. Lo importante es rescatar lo positivo que nos ha dejado esta situación y aprender a ver la vida de una manera distinta y seguir adelante.

Esto me recuerda la fortaleza de las plantas y su capacidad de adaptación.

 Adaptarse, continuar, buscarle el modo... Ahí está la inspiración.